Antes que nada quiero dejar claro que mi intención era hacer un comentario sobre algún fotógrafo menos conocido con la idea de mostrar la obra de alguien menos consagrado. El problema es que después de mucho dudar y buscar me he tenido que decidir por una fotografía de Gervasio Sánchez ante la falta de información e imágenes para poder hacer el comentario que deseaba. Mi primera elección había sido la fotógrafa valenciana Ana Yturralde, en concreto su fotografía: un lugar llamado memoria, tuve que desecharla ante la falta de imágenes suyas en la red que pudiera utilizar para mi trabajo. Por otro lado la información que encontraba sobre la fotografía era escasa para realizar un trabajo. De todas maneras, si alguien tiene intención de conocer parte de su obra dejo aquí el enlace a su página web: http://www.anayturralde.com/
Dicho esto -sirva como excusa para volver sobre la obra de Gervasio Sánchez- me he decidido por un fotógrafo más conocido y con más información a mi disposición. Gervasió Sánchez es sobre todo conocido por su trabajo como fotoperiodista, de todas maneras en su obra tienen un gran peso los retratos de los protagonistas de sus historias. Desde los rostros alucinados de los niños soldados hasta la paciente resignación de las víctimas de las minas, hay en la obra de Gervasio un especial cuidado por mostrarnos las miradas de los seres humanos. Rostros que son la representación del dolor y la esperanza, de la sinrazón de la violencia y la emoción de la vida.
No voy a extenderme en exceso en el conjunto de la obra de Gervasio Sánchez, en una entrada anterior expuse mis impresiones sobre la magnífica exposición antológica que está teniendo lugar en el edificio de Tabacalera de Madrid hasta el próximo día 10 de junio.
Como breve apunte biográfico diré que Gervasio Sánchez nació en Córdoba en 1959. En el curso de su trabajo ha cubierto los principales conflictos que han acaecido desde los años ochenta del pasado siglo hasta la actualidad. Los principales conflictos armados de América Latina de los años ochenta, la Guerra del Golfo, el conflicto que asoló los Balcanes en los años noventa, diversos países de África y Asia. Como reportero ha trabajado para el Heraldo de Aragón, La Vanguardia, la Cadena Ser, la revista Tiempo e incluso la BBC. Tiene una extensa lista de premios de la que únicamente nombraré el premio Ortega y Gasset en 2008 y el premio Nacional de Fotografía en 2009. Hasta el momento es el autor de las siguientes publicaciones:
La fotografía que quiero comentar de Gervasio Sánchez se llama "Niñas tras el cristal del coche" no es exactamente lo que catalogaríamos como retrato, aunque creo que el sujeto principal de la imagen, más allá del elemento perturbador del cristal agujereado, son los rostros que miran a la cámara.
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Niñas tras el cristal del coche |
En este apartado se trataría de situar la imagen en el tiempo y el espacio, en un intento de contextualizar la imagen haciéndola más comprensible.
El título, como ya he comentado, es " Niñas tras el cristal del coche" Es un título descriptivo que deja poco margen al comentario, no aporta más información que lo que estamos viendo. Es evidente que son cuatro niñas y es evidente que nos miran desde detrás de un cristal de un coche. Que un título tan, podríamos decir simple, nos introduzca en una imagen tan impactante es algo que llama la atención. Sin ver la imagen el título nos remite a un asunto cotidiano y banal, unas niñas en el interior de un coche no parece a priori un gran tema, frente a ese comentario casi trivial se yergue la impactante imagen de cuatro rostros apenas visibles tras el rastro dejado por la munición en el parabrisas de un vehículo. ¿Qué es lo cotidiano para esas cuatro niñas?
El autor, como ya he dicho, es Gervasio Sánchez y el año en el que fue tomada la fotografía fue marzo de 1994, en pleno conflicto de los Balcanes. Habría que recordar como la guerra de los Balcanes sorprendió a la opulenta y satisfecha Europa, cuando situó, en su mismo corazón, una de las guerras más crueles y sanguinarias de los últimos tiempos. La guerra ya no era cosa de etnias atrasadas que arrasaban poblados a machetazos, tampoco se trataba de lejanos orientales sin un rostro diferenciado cegados por el virus del comunismo, la guerra estaba en el barrio de al lado, se desarrollaba sobre históricas ciudades europeas, arrasando bibliotecas y avenidas, parques, puentes y cotidianos parabrisas de coches como los nuestros.
La misma imagen que estoy utilizando tiene diferentes formatos. Por un lado, en el blog he subido un archivo electrónico que he encontrado en internet; por otro, para comentarla, utilizo la reproducción de la misma imagen que fue publicada en el folleto de la exposición Antología. El tamaño de la imagen impresa es aproximadamente un DIN A4, y aunque la calidad no es demasiado buena, me permite observar con mayor detenimiento la imagen.
En cualquier disciplina artística clasificar por géneros es un ejercicio que a priori parece fácil pero que en la práctica, ante la obra de arte concreta, resulta más mutilador de los posibles significados que clarificador. En un principio, la imagen que estoy comentando, creo que entraría en la fotografía de guerra, por el momento histórico en el que se realizó, pero quedarse sólo en ello me parece empobrecer el significado. Creo que también es un retrato, forma parte del fotorreportaje, por su valor estético podría participar de la fotografía artística y es innegable su mensaje social. Que cada cual le ponga su etiqueta, clasificar es humano, y no voy aquí a negar su valor.
Parámetros técnicos:
La fotografía, tal y como se nos muestra, es en blanco y negro sin ningún tipo de virado o dominante. En este punto debería señalar que llama la atención la fuerte presencia del grano en la imagen. No tengo muy claro si se trata de un problema de la imagen sobre la que yo trabajo o es una característica del original. En los rostros que se nos muestran tras el cuarteado cristal aparece de forma ostensible el grano. No sé si el original fue tomado con fotografía analógica o ya en aquella fecha utilizó el formato digital, parece más probable que dada la fecha en la que fue tomada se trate de una imagen procedente de una película de sensibilidad elevada.
No dispongo de información sobre la cámara o el soporte en el que fue tomada la fotografía, la copia en papel sobre la que yo trabajo es una impresión (de no demasiada calidad) de 18x26 cm, lo que da una ratio aproximada de 2:3. Este tamaño se aproxima bastante a la proporción de un negativo clásico de 24x36 mm.
Tampoco dispongo de datos sobre el objetivo utilizado, con mis escasos conocimientos no me aventuro a lanzar alguna hipótesis que pueda resultar una barbaridad. Sobre la luz sólo puedo decir que se trata de iluminación natural. La única sombra que parece dar un pista es una piedra situada sobre la capota del coche, la piedra proyecta una pequeña sombra hacia delante. Imagino que se trata de la luz del sol en las horas centrales del día. La suavidad de la luz indicaría que se trata de un día brumoso en el que un sol sin fuerza baña la escena, remarcando la claridad sobre unos rostros en la transición entre el exterior iluminado y la penumbra del interior del vehículo.
2.NIVEL MORFOLÓGICO
Supongo que el análisis morfológico de la imagen debería comenzar con una descripción de lo que la fotografía representa. Trataré de ser breve, ateniéndome a la vieja máxima de que "una imagen vale más que mil palabras" En la fotografía que nos ocupa hay dos espacios: uno exterior, que apenas nos sirve para contextualizar el tema; y otro interior, donde se sitúan las cuatro protagonistas de la escena. El interior, evidentemente más oscuro, tiene los rostros de las cuatro niñas como el elemento principal, quedando en segundo plano cualquier otro elemento. Frente a los rostros, a modo de transición entre el exterior y el interior del vehículo, se encuentra la frontera del cristal hecho añicos. Es éste elemento el que le da sentido a toda la composición. Cuatro niñas observando desde el interior de un coche no pasaría se ser un motivo sin grandes pretensiones. La carga dramática y significativa la dan los restos del cristal acribillado, con agujeros de proyectil, que hurta a la cámara la mirada de las protagonistas.
El punto.
Desde luego en la copia con la que yo trabajo el grano es plenamente visible. No estoy muy seguro de la afirmación que aparece en los apuntes de que una mayor presencia de grano provoca un distanciamiento de espectador. En este caso en concreto, para mí como espectador, la presencia del grano la veo más cercana a la urgencia en la toma de la fotografía. Los rostros en la penumbra están ahí, y seguramente no por mucho tiempo, hay que aprovechar el momento a costa de sacrificar una mayor calidad. Imagino que el uso de un carrete (si es que la fotografía era analógica) con una ISO alta que permitiera capturar con poca luz produjo este efecto. Compositivamente, el punto no tiene una gran importancia en la fotografía. No hay un punto de fuga que le de profundidad a la composición. La profundidad de la imagen se consigue por la anteposición de unos elementos a otros: cristal, rostros, fondo. Así como por las diferencias de luz: el frente está más iluminado que el fondo.
La línea.
En la composición predomina la línea. Líneas enmarcan a las protagonistas: los bordes del parabrisas. También es una línea horizontal la que ordena y dispone a las protagonistas. Supongo que esto remarca cierto estatismo en la escena. Es una composición serena y sin movimiento.
El plano-espacio.
Creo que en esta fotografía el plano es el elemento fundamental que da fuerza y sentido a la escena. Ya he comentado antes como son esos planos ( y no líneas o puntos de fuga) los que generan la sensación de profundidad. Los elementos se ordenan en distintos espacios que se suceden conforme se alejan de la cámara. También estos planos adquieren un valor semántico, dándole sentido a lo que vemos. Especialmente, ese plano interpuesto y translúcido del cristal quebrado es el que se contrapone a la mirada siempre inocente de la infancia. No son niñas normales en circunstancias normales. Algo no funciona... y ha dejado su rastro en el cristal.
La escala.
Las cuatro protagonistas están representadas en un plano medio.
La forma.
Los elementos más diferenciados son las figuras humanas. A pesar de que la escena tiene una falta de claridad, debido al elemento perturbador del cristal, las formas humanas, sus rostros, sus miradas, son reconocibles y tienen sentido.
La Textura.
Como ya he comentado en la imagen es evidente la presencia del grano. En especial en el interior del vehículo.
Nitidez de la imagen.
En conjunto la imagen no es especialmente nítida. La presencia de grano, y la interposición de un elemento translúcido entre la cámara y los protagonistas, aumenta la sensación de falta de nitidez, de contornos precisos en la imagen. Puede que esa misma falta de nitidez envuelva la escena con un cierto aire de irrealidad, de momento soñado, en el que la guerra se detiene para observar la mirada de cuatro niñas.
Iluminación.
La luz es un elemento clave en la escena, resaltando el motivo principal: los cuatro rostros; y dándole profundidad: el fondo del coche se pierde en la penumbra. La luz es natural, procedente del sol. Se trata de una luz suave que no provoca sombras profundas, más bien parece la luz de un brumoso día invernal. La dirección de la luz la podemos ver en la piedra que descansa sobre el techo del coche. La piedra proyecta la sombra hacia delante, una sombra suave y sin fuerza. El sol estaría en lo alto e iluminaría la escena un poco desde atrás dejando a las protagonistas en la zona de sombra del techo.
Contraste.
El contraste en la escena no es demasiado fuerte, dominando los tonos medios.
Blanco y negro.
La fotografía se reproduce en blanco y negro, creo que la elección del blanco y negro sobre el color aumenta la expresividad de la escena. El blanco y negro nos trasmite una mayor carga emotiva. Si el color es realidad, el blanco y negro es sentimiento. En esta toma parece claro que el objetivo está más cerca de trasmitir al espectador un valor emocional, una idea del cotidiano dramatismo de la guerra.
3.NIVEL COMPOSITIVO
Sobre los aspectos compositivos de la fotografía haré un comentario general, ya he ido comentando los diferentes aspectos y corro el riesgo de repetirme en exceso.
Como ya he comentado la composición no tiene perspectiva o puntos de fuga que ayuden a ordenar y dar profundidad a la escena. El principal elemento de la composición, las miradas de las protagonistas, se distribuye a lo largo de una línea horizontal. Ésta, aproximadamente, recorrería la línea que divide el tercio superior y medio de la imagen. Estas características generan una composición estática, equilibrada, pero falta de movimiento. Todo está en reposo. Este elemento compositivo también contrasta con el significado que para todos tiene una guerra como un elemento inestable y de cambio.
La tensión, la fuerza expresiva de la imagen, la genera la interposición de plano translúcido entre las miradas y la cámara. Los ojos se sitúan en los pequeños espacios transparentes que deja el cristal resquebrajado. Ese juego del mirar desde lo oculto, de esconderse y ser vistas, genera una gran fuerza dramática.
La imagen tendría cierto "equilibrio estático" causado por la repetición del motivo: cuatro niñas; y por la distribución horizontal de los principales elementos.
El espacio es importante en la imagen. Hay un juego entre espacio interior y espacio exterior. Entre espacio pequeño y protegido y el exterior amplio y peligroso. La imagen nos muestra principalmente el espacio interior del vehículo, dejando fuera de campo el resto del coche, la calle y suponemos que la guerra. Todos esos elementos han dejado su huella en el cristal, que delimita, aisla y hasta parece proteger a las protagonistas. Dentro y fuera adquiere un significado especial. ¿Están a salvo en el interior?
El tiempo representado en la escena adquiere cierta atemporalidad. Las protagonistas sonríen serenas, no hay prisa. El estatismo del que ya hemos hablado ayuda a generar la sensación de tiempo pausado, casi detenido.
4.NIVEL ENUNCIATIVO
En este punto habría que comentar la "ideología implícita" en la imagen, la "visión del mundo" que trasmite. Creo que tanto la elección del tema por parte del autor, como la disposición compositiva de la escena, trasmiten una "visión del mundo" que ahora trataré de justificar y para la que me basaré no sólo en esta imagen sino en el conjunto de la obra de Gervasio Sánchez.
La imagen está tomada a la altura de los ojos, y estos miran sin pudor a la cámara, con naturalidad. Creo que el autor trata de transmitirnos humanidad. La humanidad que se esconde tras toda guerra: las víctimas. La guerra como algo atroz y desproporcionado esconde historias de banal cotidianeidad. Gentes que viven su día a día más allá de los disparos de los francotiradores. Creo que en muchas ocasiones esta es la forma más acertada de lograr la identificación del espectador. De colocar al espectador en el lugar que el autor quiere: frente a sí mismo, como posible víctima. Voy a poner un ejemplo. Recuerdo que una de las historias que más me han impresionado sobre la represión de los judíos por los nazis la cuenta Stefan Zweig en su libro autobiográfico El mundo de ayer. En el libro cuenta como su madre, una señora de avanzada edad, acostumbraba a dar largos paseos a diario, en un momento dado tuvo que dejar de caminar porque cuando se cansaba no podía sentarse en los bancos de los parques, esto les estaba vedado a los judíos. Esta anécdota, evidentemente sin importancia, dadas las características que finalmente tuvo la persecución de los judíos, me alcanzó de una manera especial. ¿Cómo alguien puede ser capaz de negarle el asiento a una anciana? En ocasiones nos resulta difícil comprender los grandes horrores, imagino que nos defendemos de ellos de una manera inconsciente, pero conectamos con aspectos cotidianos que nos parecen más cercanos.
De vuelta a la imagen, creo que el autor, de forma deliberada, ha querido que conectemos con los horrores de la guerra a través de la mirada serena, puede que anecdótica, de cuatro niñas. Sin olvidar que la guerra está ahí, al otro lado del cristal, y que su rastro nos impide verlas con claridad.
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